¡Has vuelto a caminar junto a mis pasos!
Después de tanto tiempo,
otra vez el regalo, el encanto inefable,
de tu gracia.
En el silencio triste de mi andar solitario,
te miran los gorriones,
los árboles desnudos, las piedras de la calle,
que recogen
la espalda de tu sombra.
Han pasado los años y no han dejado olvido.
Desde que te marchaste,
se quedó en este nudo de caminos borrados,
un signo de pregunta.
¡Hoy enlazo tumano con los dedos del alma!
Es invierno.Riza la tarde un nostalgia sin remedio.
Y se cae en pedazos junto a esta sombra mía
que aun te espera.
Mientras el cielo se diluye en difusos colores
de melocotones y ceniza.
Después de tanto tiempo,
otra vez el regalo, el encanto inefable,
de tu gracia.
En el silencio triste de mi andar solitario,
te miran los gorriones,
los árboles desnudos, las piedras de la calle,
que recogen
la espalda de tu sombra.
Han pasado los años y no han dejado olvido.
Desde que te marchaste,
se quedó en este nudo de caminos borrados,
un signo de pregunta.
¡Hoy enlazo tumano con los dedos del alma!
Es invierno.Riza la tarde un nostalgia sin remedio.
Y se cae en pedazos junto a esta sombra mía
que aun te espera.
Mientras el cielo se diluye en difusos colores
de melocotones y ceniza.
